top of page

FAUNA

Centípedos mortalmente venenosos de dos metros de longitud se arrastraban en compañía de cucarachas colosales y escorpiones de hasta un metro de largo. Las más impresionantes de todas eran las libélulas del tamaño de una gaviota. Un fósil minuciosamente detallado de una libélula que murió hace 320 millones de años muestra que el tamaño de su envergadura era de 0,75 metros.

Todavía sigue siendo un misterio determinar cómo pudieron empezar a volar los insectos. Una teoría sugiere que sus alas se habrían desarrollado de estructuras utilizadas para regular la temperatura (por ejemplo, captando los rayos del sol para calentarse) o quizá fueron la evolución de señales de brillantes colores empleadas para atraer a sus congéneres y protegerse de sus rivales. Otra idea apunta a que las alas de los insectos se desarrollaron a partir de apéndices utilizados para deslizarse de un árbol a otro por los bosques del Carbonífero.

BENTOS

Screenshot_20190131_202541.jpg
Screenshot_20190131_202523.jpg
bottom of page